Ya veo que la mayoría habla del amor cortés en general. Pero, dando un pasito más, se puede reconocer en este poema el tópico del enamoramiento neoplatónico que os dicté.
1.-Se trata de una estrofa netamente petrarquista: un soneto.
2.-Este desarrolla el tema del enamoramiento neoplatónico.
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1.-Estamos ante una estrofa de catorce versos endecasílabos (once sílabas, arte mayor, por tanto), agrupados en dos cuartetos y dos tercetos.
La distribución de la rima es la siguiente:
11 A
11 B
11 B
11 A
11 B
11 B
11 A
11 A
11 B
11 B
11 A
11 B
11 B
11 A
11 C
11 D
11 E
11 D
11 E
11 C
11 D
11 E
11 D
11 E
Para el cómputo silábico es necesario recurrir a procedimientos como la sinalefa (unión de dos vocales en una misma sílaba) y dos dialefas motivadas porque la primera vocal de la segunda palabra es tónica:
– Sinalefas:
Escrito_está_en (v. 1)
yo_escribir (v. 2)
que_aunque (v. 6)
alma_os (v. 10)
misma_os (v. 11)
– Dialefas:
mi – alma (v. 1) y (v. 10).
2.- Se trata de un concepto de raigambre filosófica que afecta al tema del amor renacentista. Se considera la belleza externa de la amada como consecuencia de su belleza interior, y viceversa. A su vez, estas son reflejo de la belleza divina; pues, para Platón, lo bello es bueno y lo bueno es bello y ambas perfecciones proceden de la perfección de "Lo Uno". El neoplatónico Plotino llama sin tapujos a "Lo Uno", Dios.
El enamoramiento en estos términos se plantea como el producto de una luz procedente de los ojos de la mujer que penetra a través de los ojos del poeta hasta su alma, esta luz es ardiente y marca en el alma del poeta la imagen de la mujer. Él deja de vivir su vida para vivir por ella. Así en el texto:
Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;vos sola lo escribisteis,..
Luis García Montero
El enamoramiento en estos términos se plantea como el producto de una luz procedente de los ojos de la mujer que penetra a través de los ojos del poeta hasta su alma, esta luz es ardiente y marca en el alma del poeta la imagen de la mujer. Él deja de vivir su vida para vivir por ella. Así en el texto:
Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;vos sola lo escribisteis,..
La estrofa termina haciendo referencia a lo secreto que debe ser este amor, tópico hredado del amor cortés:
yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
La segunda estrofa desarrolla la idea del neoplatonismo de que lo bello ha de ser bueno y el poeta da por hecho la bondad de quien sólo conoce de vista. Su belleza es reflejo de la belleza de Dios y por eso no cabe en él:
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Por último, los dos tercetos confirman que él, ya marcado por la belleza de ella, deja de vivir su vida y sólo vive para ella.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.
|
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.
|
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.
Os pongo aquí un poema escrito en 1991 por Luis García Montero a partir de este de Garcilaso. Esto sólo por el placer.
GARCILASO 1991
Mi alma os ha cortado a su medida,
dice ahora el poema,
con palabras que fueron escritas en un tiempo
de amores cortesanos.
Y en esta habitación del siglo XX,
muy a finales ya,
preparando la clase de mañana,
regresan las palabras sin rumor de caballos,
sin vestidos de corte,
sin palacios.
Junto a Bagdad herido por el fuego,
mi alma te ha cortado a su medida.
Todo cesa de pronto y te imagino
en la ciudad, tu coche, tus vaqueros,
la ley de tus edades,
y tengo miedo de quererte en falso,
porque no sé vivir sino en la apuesta,
abrasado por llamas que arden sin quemarnos
y que son realidad,
aunque los ojos miren la distancia
en los televisores.
A través de los siglos,
saltando por encima de todas las catástrofes,
por encima de títulos y fechas,
las palabras retornan al mundo de los seres vivos,
preguntan por su casa.
Ya sé que no es eterna la poesía,
pero sabe cambiar junto a nosotros,
aparecer vestida con vaqueros,
apoyarse en el hombre que se inventa un amor
y que sufre de amor
cuando está solo.
dice ahora el poema,
con palabras que fueron escritas en un tiempo
de amores cortesanos.
Y en esta habitación del siglo XX,
muy a finales ya,
preparando la clase de mañana,
regresan las palabras sin rumor de caballos,
sin vestidos de corte,
sin palacios.
Junto a Bagdad herido por el fuego,
mi alma te ha cortado a su medida.
Todo cesa de pronto y te imagino
en la ciudad, tu coche, tus vaqueros,
la ley de tus edades,
y tengo miedo de quererte en falso,
porque no sé vivir sino en la apuesta,
abrasado por llamas que arden sin quemarnos
y que son realidad,
aunque los ojos miren la distancia
en los televisores.
A través de los siglos,
saltando por encima de todas las catástrofes,
por encima de títulos y fechas,
las palabras retornan al mundo de los seres vivos,
preguntan por su casa.
Ya sé que no es eterna la poesía,
pero sabe cambiar junto a nosotros,
aparecer vestida con vaqueros,
apoyarse en el hombre que se inventa un amor
y que sufre de amor
cuando está solo.
Luis García Montero
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